Entrevistas

«Un partner estratégico no solo ofrece tecnología, sino que entiende tu negocio y busca soluciones adaptadas a tus necesidades»

El autor del post  Josep Mª Fernández Josep Mª Fernández
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Adlanter es una asesoría integral de empresas que se distingue por su expertise y por su tecnología aplicada a las soluciones que ofrece a sus 6.000 clientes. Busca ser referente en España y Portugal por calidad de servicio, captación y fidelización de talento e innovación tecnológica. Presta todos los servicios para un asesoramiento empresarial global: tributario, laboral, mercantil y contable, juntamente con los de movilidad internacional, selección y executive research. Últimamente está siendo protagonista por una serie de operaciones con mucho sentido, entre las que destacamos la alianza con Wolters Kluwer Legal Software y su acuerdo estratégico de colaboración con la firma legal Toda Nel.lo. Hablamos con su director general, José Luis Rivas, para que comparta más detalles sobre todo ello.

Gesdocument surge de Cuatrecasas, fue adquirida por el fondo de inversión Artá Capital y pasasteis a ser Adlanter. ¿A qué obedece ese cambio, ese rebranding?

Cuando Cuatrecasas fundó Gesdocument hace 35 años, su objetivo era gestionar la tramitación documental derivada del trabajo del despacho. Posteriormente, Artá Capital adquirió Gesdocument con la visión de integrarla con otros despachos, hacerla escalar y consolidarla como una de las principales firmas de asesoría en España.

Para lograrlo, necesitábamos ofrecer a nuestros clientes todos los servicios esenciales en su ciclo de vida: desde la creación y el crecimiento hasta la transformación o el cierre de una empresa. La nueva marca, Adlanter, refleja mejor nuestra propuesta de valor y nuestra visión de futuro.

El proyecto se desarrolló durante seis meses y culminó con la elección del nombre Adlanter, de origen latino, que significa «ir por delante, anticiparse a las necesidades del cliente». De ahí también nace nuestro eslogan: «Contigo, con todo».

Me parece curioso y significativo que siempre que comunicáis, al menos en estos primeros meses, ponéis la coletilla ‘Adlanter, antes Gesdocument’.

El legado de Gesdocument es muy valioso y nos aporta dos grandes ventajas competitivas. La primera es nuestra calidad técnica y profesional: tras más de 35 años operando con uno de los despachos más importantes de España, hemos desarrollado un nivel de servicio y metodologías de trabajo superiores al estándar del mercado. Nuestros clientes saben que Adlanter tiene la capacidad para acompañarlos en todas sus necesidades.

El segundo aspecto diferenciador es nuestra apuesta por la tecnología. No solo garantizamos la calidad, sino que también digitalizamos los procesos para mejorar la experiencia del cliente. Todas las asesorías que incorporamos a nuestro proyecto comparten esta visión de anticiparnos a las necesidades y ofrecer un servicio integral.

¿En qué os basáis para que tengan sentido las operaciones que lleváis a cabo, que no sean solo por el hecho de crecer por crecer y que encajen bien en vuestra filosofía?

Para que una compañía tenga éxito, la integración y la afinidad cultural del equipo profesional son fundamentales. Lo primero que valoramos es que la asesoría esté en crecimiento, ofrezca servicios alineados con nuestra visión y tenga una sólida reputación en el mercado. Pero, además, buscamos que los valores de las personas que la conforman sean los adecuados, porque esto es lo más difícil de integrar.

También es clave la orientación tecnológica. Si una asesoría tiene gran rentabilidad y prestigio, pero sigue trabajando en papel o no se adapta a nuestras formas de trabajo, la integración se complica. Buscamos equipos que sean fácilmente integrables y con una mentalidad digital avanzada.

Además, no nos interesa incorporar asesorías que no sean ejemplares en su práctica. Para nosotros, ser ejemplar significa resolver las necesidades del cliente no solo de forma legal, sino también ética.  Es importante que otro cliente nos pueda prescribir orgullosamente por prácticas ejemplares más allá de minimizar la factura fiscal. No compartimos estrategias que busquen únicamente minimizar la factura fiscal moviéndose en los límites de la legalidad. Apostamos por una asesoría rigurosa y transparente.

¿La operación con Toda & Nel·lo y Quantum Asesores sigue estas premisas que indicas?

Efectivamente, la operación con Toda & Nel·lo y Quantum Asesores sigue esas mismas premisas. Toda & Nel·lo es un despacho en plena expansión que ha decidido externalizar los servicios de asesoría, ya que no son el núcleo de su negocio. Para ello, contaban con Quantum, y ahora con Adlanter. No se trata solo de integrar el equipo y la tecnología de Quantum, sino de sumar un prescriptor estratégico que, además de aportarnos trabajo adicional, nos ayudará a fortalecer el posicionamiento de Adlanter.

Te leo un titular que diste a Confilegal: “Queremos ser el partner estratégico de bufetes y empresas en el sector ALSP”. ¿Os queréis identificar en este sector?

He llegado a la conclusión de que el término ALSP es algo endogámico. Quienes estamos dentro del sector lo entendemos, pero para las empresas es un concepto que no resulta tan claro. El término «partner estratégico y de externalización» es mucho más comprensible que las siglas ALSP. En Adlanter gestionamos una gran variedad de servicios en diferentes áreas. No nos especializamos en, por ejemplo, reclamaciones masivas que hacen otros ALSP, sino que ofrecemos un catalogo de servicio amplio y diverso.

Por ejemplo, si una empresa necesita establecer un establecimiento permanente en Marruecos, no todas las asesorías tienen el conocimiento o la capacidad para hacerlo. Nosotros, sí. Ofrecemos servicios específicos que muchos despachos de abogados no pueden proporcionar, ya sea porque no los conocen o porque no cuentan con los expertos necesarios. Prefiero definirnos como un partner de externalización más que como un ALSP.

El Confidencial publicó hará un par de años un artículo que levantó ampollas. Compartía el informe del Observatorio de Asesoría Jurídica de la Gran Empresa, elaborado por el propio medio y Deloitte, y cuyo titular rezaba: ‘¿Por qué las empresas apenas contratan al ALSP?’. Más tarde apuntaba que ‘sólo un 9 % del trabajo externalizado recae sobre proveedores legales alternativos’.

El outsourcing está creciendo de manera significativa, pero también es cierto que sigue existiendo mucho desconocimiento en el sector. No hay muchos partners de outsourcing que sean ampliamente reconocidos. Las empresas siguen confiando mayoritariamente en los despachos de abogados, que tienden a gestionar todos los servicios internamente o, en ocasiones, recurren a Adlanter para tareas específicas.

Sin embargo, esta tendencia está cambiando, especialmente entre las grandes empresas con estructuras jurídicas más complejas. Temas como el compliance, la gobernanza y la sostenibilidad están impulsando cada vez más la externalización de ciertos servicios. Como no pueden gestionarlo todo internamente, las empresas tienden a externalizar estos procesos.

Los abogados, por lo general, prefieren manejar todos los aspectos internamente, pero no creo que sea una cuestión de desconfianza. Más bien, es que muchos desconocen que existen otras alternativas que pueden asumir estas tareas. No diría que sea una opción más barata, pero sí mucho más eficiente. Un claro ejemplo de nuestra diferencia es el éxito que garantizamos en todos los trámites que realizamos en el Registro Mercantil. Normalmente, este tipo de trámites suelen encontrar incidencias que acaban siendo rechazadas, pero en Adlanter nos encargamos de corregirlas y asegurarnos de que todo se entregue correctamente.

¿Qué diferencia establecerías entre un proveedor de tecnología y un partner estratégico?

Esta es una pregunta muy relevante. Cuando seleccionas un proveedor de tecnología, es crucial tener claro qué necesitas y entender cómo van a evolucionar esas necesidades a lo largo del tiempo. Esto suele ser más sencillo cuando cuentas con un equipo robusto y con muchos recursos en tu propio departamento de tecnología.

Por otro lado, un partner estratégico no solo ofrece tecnología, sino que realmente entiende tu negocio y busca soluciones adaptadas a tus necesidades, automatizando procesos con la tecnología adecuada. Un ejemplo claro sería si necesitas un partner que gestione todas las obligaciones societarias de tu empresa, como la convocatoria de juntas de accionistas, la presentación de las cuentas anuales, o la gestión de los poderes. Este tipo de trabajo puede ser gestionado por un partner estratégico.

En nuestro caso, por ejemplo, para controlar toda esa información de manera eficiente, hemos seleccionado a Wolters Kluwer y su producto Legisway. Consideramos que es la herramienta más adecuada para gestionar de forma ordenada las obligaciones y la documentación de una estructura societaria.

Sin embargo, muchas veces, las implementaciones tecnológicas fracasan porque los proveedores de tecnología no comprenden el negocio de sus clientes. Un partner estratégico, en cambio, posee ese conocimiento profundo del sector, lo que le permite resolver problemas de manera más efectiva. Y, por supuesto, siempre incorpora tecnología en el proceso para hacerlo más eficiente y competitivo.

Lo que cuentas me recuerda a los tres pilares de la transformación digital: personas, procesos y tecnología. Y al hilo de ello, veo que ponéis mucho el foco en la formación, el mejor ejemplo de poner a las personas en el centro. 

La diferencia clave es que nosotros nos apoyamos en una tecnología estándar que es fácil de transferir al cliente. Es decir, si decides hacer un proyecto de transformación digital en tu asesoría jurídica, puedes contratar consultores para que te ayuden a seleccionar un proveedor. Sin embargo, al final eres tú quien debe negociar el contrato con el proveedor, gestionar la puesta en marcha, la formación, etc.

En cambio, como partner estratégico, si un cliente no quiere lidiar con la gestión de contratos porque le consume demasiado tiempo y no le aporta valor, puede externalizar este proceso con nosotros. Nosotros automatizamos la gestión utilizando una plataforma de mercado. Y si al cliente no le convence cómo trabajamos, le cedemos la plataforma para que la gestione de forma independiente, ahorrándose todo el proceso de selección de tecnología y lo que conlleva.

En resumen, nuestro rol como partner estratégico es acompañar en ese proceso de digitalización, facilitando la implementación sin que el cliente tenga que asumir toda la carga operativa y tecnológica.

Os dirigís tanto a firmas como a asesorías jurídicas.  ¿Cuál es la mayor objeción que tiene un despacho para externalizar? ¿Es quizás la desconfianza en perder el control sobre una parte determinada del proceso?

El mayor temor de un despacho al externalizar alguna actividad para su cliente es el riesgo de que otro despacho pueda arrebatarle ese cliente. Por eso, muchos prefieren asumir la gestión internamente, aunque no siempre sea la opción más eficiente.

En nuestro caso, como no somos ni aspiramos a ser un despacho de abogados, ese riesgo no existe. Tenemos acuerdos muy claros y establecidos por contrato sobre lo que hacemos y lo que no. La garantía para el despacho es que sabe que todos los documentos estarán correctamente elaborados y resueltos. Además, si surge una inspección, tendremos toda la documentación lista para facilitar el proceso de manera ágil.

Por otro lado, existe una mala interpretación común de lo que significa eficiencia. Los despachos más pequeños, al hacer todo internamente, no son capaces de identificar el valor de las horas que un abogado dedica a ciertas tareas. ¿A quién nos dirigimos? A los despachos que entienden este concepto de eficiencia y valoran cómo podemos optimizar sus recursos para que se centren en lo que realmente importa.

Al fin y al cabo, la eficiencia es lo mismo que la eficacia, pero dedicándole menos recursos. Y el más valioso de los recursos de un abogado es el tiempo. José Luis, háblanos sobre vuestra experiencia con las asesorías jurídicas y despachos. 

Trabajamos con profesionales del derecho, tanto abogados de firmas como aquellos que trabajan in-house. Para estos últimos, les ofrecemos una gestión eficiente de su equipo o les ayudamos en áreas clave como el compliance. Además, apoyamos a las asesorías jurídicas a mantenerse al día con las normativas vigentes y a cumplir con sus obligaciones societarias de forma ágil y efectiva.

Recientemente lanzamos un servicio dirigido a las asesorías jurídicas: acudimos a sus instalaciones, revisamos cómo tienen organizados sus procesos y les proponemos un plan de mejora digitalizado en 30 días.

El enfoque para los despachos de abogados es diferente. En este caso, lo que les ofrecemos es un servicio más táctico, mientras que para las asesorías jurídicas, el enfoque es más estratégico. Esto refleja nuestra capacidad de adaptarnos a las necesidades específicas de cada tipo de cliente, proporcionando soluciones que optimizan tanto su tiempo como sus recursos.

¿Qué tipo de asesorías tienen más necesidades de productos y servicios como los vuestros? ¿Las pequeñas, medianas, las grandes?

Nuestro target son principalmente las asesorías de tamaño medio, entre dos y ocho personas. Las grandes asesorías, como las de Iberdrola, ya cuentan con abundantes recursos y equipos dedicados a la tecnología. En cambio, a las asesorías más pequeñas les ayudamos a optimizar sus procesos sin necesidad de aumentar su plantilla. Les ofrecemos soluciones eficientes que les permiten mejorar su gestión y cumplir con sus obligaciones sin la carga de tener que expandir su equipo.

¿Cuál crees que es el desafío principal de las asesorías jurídicas en este año? Más allá del tópico muy manido de que deben estar muy orientados al negocio, que sean más proactivos que reactivos, etc.

Este año, el principal desafío de las asesorías jurídicas será enfrentarse a una creciente carga regulatoria, especialmente en áreas como el compliance penal para los administradores. Las empresas tendrán que implementar sistemas de información internos que les permitan identificar riesgos y amenazas. Además, deberán garantizar que sus sistemas estén protegidos frente a posibles ciberataques, demostrando que no han sido vulnerados. Este desafío va más allá de la simple adaptación; es un tema crucial de protección y previsión.

Anunciasteis hace unos meses el acuerdo con Wolters Kluwer Legal Software y su ecosistema muy orientado a la gestión legal, tanto de despachos como de corporaciones. ¿Qué motivos os han llevado a esta alianza?

Wolters Kluwer es un líder con más de 30 años de experiencia en el sector, y su enfoque innovador nos ha permitido integrar sus soluciones dentro de nuestro ecosistema tecnológico. Su plataforma cubre muchas de las necesidades clave de las asesorías jurídicas, como la gestión de contratos y las auditorías internas para el control de gasto. Esta alianza nos permite mejorar la experiencia del cliente final al ofrecerle una solución aún más completa y eficiente.

Para los despachos, contamos con Kmaleon, un gestor de expedientes que facilita el seguimiento de cualquier trámite que realicemos para sus clientes. A través de un portal, cada miembro del despacho puede ver el estado de los expedientes, quién lo está gestionando y más. Además, ofrecemos Adlanter One, un canal de comunicación exclusivo que conecta al cliente directamente con el experto encargado de su caso, optimizando así la comunicación y el flujo de trabajo.

¿Crees que es importante que los clientes de Adlanter tengan una formación adecuada en el manejo de las legaltech?

En un contexto de constante evolución tecnológica, como el que vivimos con el auge de la inteligencia artificial, es imprescindible que los clientes tengan una formación mínima. Esto no solo les permite aprovechar al máximo las herramientas que ofrecemos, sino que también les ayuda a ser más eficientes. Saber cómo utilizar software, inteligencia artificial, e incluso herramientas básicas como el e-mail, calendario o la gestión del tiempo, es clave para optimizar sus procesos. Las competencias digitales esenciales, como el registro y la contabilización de horas, son fundamentales para trabajar de manera más ágil y efectiva.

Digitalizar es mucho más que comprar tecnología. ¿Crees que los profesionales jurídicos que son conscientes de ello?

Absolutamente. Los despachos no compran por comprar; son muy conscientes de sus inversiones y gestionan el dinero de manera eficiente. Pueden equipar a todo su equipo con dispositivos Apple, pero cuando se trata de software, las dudas aparecen. Saben que deben invertir en tecnología, pero la incertidumbre sobre qué elegir es frecuente. En España, existen alrededor de 26.000 despachos de abogados, muchos de ellos con uno o tres miembros, y la facturación es ajustada. Por eso, cuando analizan una inversión, se enfocan profundamente en el retorno que les puede generar. No es solo comprar tecnología, es saber qué soluciones se adaptan realmente a sus necesidades y cómo aportarán valor a largo plazo.

Habéis creado un área de talento y selección de personal entre vuestros servicios. ¿Prefieres la expresión retención de talento o fidelización del talento?

Fidelización, sin duda. Porque la fidelización implica compromiso, y ese compromiso se traduce en una atención profesional de calidad, que a su vez asegura la satisfacción del cliente. Si no tienes talento fidelizado, no puedes mantener clientes fidelizados. Así de claro y sencillo.

¿Cómo ves Adlanter en tres años?

Si miro hacia atrás, hace 3 años, antes de la venta de Gesdocument, facturábamos en el entorno de 12 millones de Euros. Esta año vamos a cerrar en el entorno de 23 millones, prácticamente el doble.  Mi objetivo para los próximos 3 años es  volver a doblar y acercarnos al entorno de los 50 millones de Euros. Actualmente estamos posicionados entre las cinco asesorías más grandes de España, y con nuestra estrategia de expansión, seguimos consolidando nuestro liderazgo en el sector.