Entrevistas

Rafael Marimón, Universitat València: «Los ejercicios de prompting permiten ver a los estudiantes que Chat GPT puede ser un aliado si se le imparten las adecuadas instrucciones»

El autor del post  Josep Mª Fernández Josep Mª Fernández
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En Valencia están pasando cosas muy relevantes alrededor del legaltech y la innovación en el sector legal, como tuvimos la oportunidad de compartir en este post de Linkedin. Y están ocurriendo especialmente (¡y felizmente!) en algunas universidades, con dos modelos sobresalientes como la Universitat de València y la Universidad CEU Cardenal Herrera. En Derecho Práctico seguimos muy de cerca el admirable trabajo que lleva a cabo el Vicedecano de la Facultad de Derecho de la UV, Rafael Marimón, que además de Catedrático de Derecho Mercantil, dirige dos proyectazos como son el UV LegalTech Lab (creado hace poco menos de tres años) y la flamante Cátedra Legaltech e Inteligencia Artificial Minsait-UV. Y como coincidimos recientemente con Rafael en la VI Jornada Legaltech organizada por la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros, no pudimos resistir la tentación de abordarle para conocer el estado actual de estas valiosas iniciativas.

A la izquierda, Rafael Marimón, Catedrático de Derecho Mercantil, Vicedecano de la Facultat de Dret de la Universitat de València y director del UV LegalTech Lab y la Cátedra Legaltech e Inteligencia Artificial Minsait-UV.

Rafael, ¿crees que deben impartirse conocimientos, aunque sean introductorios, de legaltech, gestión, innovación legal, etc., en el Grado de Derecho?

Como en todas las Facultades de Derecho, en Valencia tenemos un Grado generalista, cuya estructura básica es difícil de alterar. La causa es que se trata de un título habilitante para el ejercicio de la abogacía y por eso ha de tener un contenido homologado y estandarizado en toda España. Sin embargo, existe cierta flexibilidad para ir adaptando el contenido de algunas asignaturas y para completar la docencia con actividades complementarias.

¿Por ejemplo?

El Derecho digital ha tomado la delantera en este punto y muchos de sus contenidos se han ido incorporando a diversas asignaturas. El LegalTech, en sentido estricto, se está incorporando de forma distinta. Hay algunas asignaturas de formación en competencias transversales en las que puede tener un encaje más sencillo.

¿Cómo habéis ‘aterrizado’ entonces legaltech en vuestra Facultad?

Nosotros hemos comenzado quizás por el tejado, gracias a la cobertura que nos proporciona el Laboratorio. En concreto, hemos realizado una oferta piloto de algunos trabajos de Fin de Grado con perfil de LegalTech, vinculados al Lab. Los estudiantes que se acogen a este programa siguen la formación en competencias digitales en el Lab, aprendiendo a desenvolverse con agilidad en algún lenguaje de programación low-code. Después eligen un tema que sea apto para generar una aplicación, realizan el estudio jurídico correspondiente y preparan el documento base. Finalmente, realizan la aplicación y defienden su TFG en un acto público.

A la derecha de la imagen, Paul Handal, Socio de Écija y codirector del UV Legaltech Lab

¿Y cómo está siendo la experiencia?

Los resultados son muy buenos, aunque con este sistema llegamos todavía a pocos estudiantes, en un centro tan grande como este. El siguiente paso será el de empezar por la base, introduciendo píldoras de formación en la asignatura de primero de Técnicas y Habilidades Jurídicas Básicas. En este punto vamos a contar con la colaboración de los estudiantes ya vinculados al Lab, porque pensamos que su testimonio puede llegar de una forma más directa a quienes empiezan el grado, de estudiante a estudiante.

¿En qué momento se encuentra el Lab casi tres años después de su creación?

Creo que estamos cumpliendo nuestra función de punta de lanza para actualizar la formación que imparte nuestra Facultat de Dret en materia digital. Pero, por el momento, como te decía antes, nos hemos centrado en un grupo reducido de estudiantes. Ahora hemos de extender la cobertura del Lab para que muchos más estudiantes puedan adquirir competencias en este campo que les ayude a mejorar. Para ello necesitamos concitar el interés de más compañeros, más profesores y más colaboradores externos. Tenemos la suerte de contar con personas muy cualificadas, como Paul Handal o Llorenç Toldrà, pero necesitamos ser más.

En el plano institucional, estamos contribuyendo a que la Facultat sea un centro de referencia en estas materias. Se trata de un Centro muy bueno, no en vano ocupa la primera posición entre las facultades españolas, según el Ranking de Shanghai. Pero no nos podemos quedar ahí. Hay que seguir planteando nuevos retos. Y en este sentido, creo que ahora contamos con las alianzas necesarias para acometerlos.

Ahora tenemos una cierta visibilidad que nos permite llamar a ciertas puertas y que nos reciban. Hemos de dar el paso a desarrollar proyectos con terceros, privados y públicos. En particular queremos desarrollar proyectos para la administración pública, porque nuestra vocación es de servicio público.

Se inició la andadura del Lab ‘trasteando’ con Neotalogic, herramienta no-code en el área de automatización. ¿Cuál fue vuestra experiencia con ella?

La experiencia con Neota fue muy buena. Nos permitieron utilizar su plataforma de elearning mediante material audiovisual y también su plataforma de programación sin código, de forma gratuita. Varias cohortes de estudiantes han pasado por ahí con un resultado óptimo y estamos muy agradecidos.

Su sistema permite estructurar la enseñanza del Derecho de una forma distinta, más socrática, en la que el alumno se hace preguntas que luego trata de resolver, tanto en el plano jurídico como en el plano técnico, y eso está muy bien. No solo porque permite mejorar la capacidad del estudiante, con nuevas habilidades, sino porque se da cuenta de que el Derecho está para resolver los problemas de las personas y no para plantear nuevos problemas. Además, permite colocar al estudiante en el centro: le planteas un problema y lo tiene que resolver en colaboración con otros y con los profesores, al tiempo que se forma en el plano técnico. Cada uno aporta lo que sabe en la dinámica de laboratorio. Es maravilloso: “Design thinking”.

Además, pone en práctica de una forma muy visual el pensamiento lógico, con la estructura de árboles de decisión que combinan variables, que no son sino silogismos. Algo que se está perdiendo en los estudios de Derecho.

Ahora, por ser fieles al principio de neutralidad tecnológica, hemos diversificado nuestro campo de actuación y utilizamos otros lenguajes.

Caso de uso de la legaltech NeotaLogic: Árbol de decisión sobre cláusulas abusivas

¿Estáis trabajando con otras herramientas legaltech?

Sí. Nuestro punto fuerte sigue siendo el diseño de aplicaciones. Para ello utilizamos básicamente Docassemble, que presenta la ventaja de su interoperabilidad y su disponibilidad en abierto.

Pero no nos limitamos a ello. Intentamos aprovechar los conocimientos de todo aquel que se aproxima a nosotros. De Tirant podemos aprender a usar asistentes como Sofía o Tirant Analitycs. Tenemos con nosotros a un físico-estudiante de Derecho, que un día nos monta una red de blockchain con los ordenadores del Lab y otro nos introduce en los entresijos del machine learning. Otro compañero que está desarrollando una plataforma jurídica de e-learning, incubada en Lanzadera, nos va contando sus evoluciones y nos muestra sus prototipos. Tratamos de ver por dónde falla el ChatGPT y cómo hay que darle instrucciones para refinar los outputs que produce.

Y, detrás de todos estos aportes, siempre hay un problema jurídico que resolver. Para algo estamos en la Facultat de Dret.

Otro proyecto interesantísimo, en este caso de reciente creación, es la Cátedra Legaltech e Inteligencia Artificial Minsait-UV. Minsait, que forma parte del grupo Indra, está comprometida desde hace años con la modernización, digitalización y transformación de la Administración de Justicia. ¿Este es el motivo principal para ser vuestro partner en la Cátedra?

Otro proyecto interesantísimo, en este caso de reciente creación, es la Cátedra en LegalTech e Inteligencia Artificial Minsait-UV. Minsait, que forma parte del grupo Indra, está comprometida desde hace años con la modernización, digitalización y transformación de la Administración de Justicia. ¿Este es el motivo principal para ser vuestro partner en la Cátedra?

En el caso de Minsait se han dado diversas circunstancias que nos han llevado a confluir en la firma del Convenio de Colaboración entre la Universitat de Valencia-Estudi General y Minsait.

Coincidimos con Minsait en uno de los seminarios interdepartamentales que organiza la Facultad, interactuamos y pronto nos dimos cuenta de la conveniencia de colaborar. En julio firmamos el convenio.

Para Minsait, como filial de Indra, el Laboratorio es un excelente banco de pruebas y de captación de talento. Para nosotros es fundamental el contacto para poder conocer los casos de uso; que nuestros estudiantes puedan hacer prácticas allí; para desarrollar proyectos conjuntos, etc.

Minsait tiene una vertical de negocio importante en el campo de la modernización de la Administración de Justicia, que para nosotros es del máximo interés. Tenemos otros compañeros de viaje que también pueden colaborar en esto, como Woztell, un proveedor de soluciones empresariales en whatsapp, cuya tecnología permite crear entornos conversacionales a través de app o chatbots, que pueden ser de utilidad en este campo.

Ahora, en el ámbito de la Cátedra, toca programar actividades y ejecutarlas. Como todo, los resultados se verán al cabo del tiempo, pero para nosotros, como Facultat de Dret, supone una oportunidad de oro. Además, si tenemos en cuenta que formamos parte de una organización mucho mayor, como es la Universitat de València, con centros de referencia en otros campos, la iniciativa puede propiciar desarrollos posteriores en otras áreas del conocimiento, en las que la IA está implantándose de una forma decisiva.

Uno de los objetivos de la Cátedra es facilitar la adquisición de competencias digitales por los estudiantes de la Facultat de Dret para diversificar sus opciones de empleabilidad. Identifica las más necesarias, según tu criterio.

Es necesario que nuestros egresados tengan conocimientos en materia de derecho digital y ciertas competencias en el ámbito del legaltech, porque esto va a proporcionarles un mayor abanico de posibilidades a la hora de ingresar en el mercado laboral. En este sentido, saber cómo crear asistentes virtuales propios es de mucha ayuda, por muy diversos motivos: permite romper el miedo de todo jurista a los aspectos técnicos, que pueden resultar de ayuda en su trabajo; permite entender el lenguaje que hablan los tecnólogos e interactuar con ellos de forma más ágil. Esto va a facilitar la creación de equipos interdisciplinares que son muy necesarios para cualquier iniciativa empresarial. Toda innovación plantea retos de carácter jurídico que un tecnólogo no va a poder resolver. Y el jurista avezado que conozca las posibilidades que confiere la tecnología va a poder aprovechar mejor las innovaciones que se vaya generando para poder tener una ventaja competitiva en la prestación de sus propios servicios. Creo que esto es una realidad innegable hoy en día.

Y estamos en pleno hype de la IA generativa…

Por ejemplo, si conocemos cómo funciona la IA generativa y adquirimos experiencia en un entorno adecuado podremos sacarle mayor rendimiento en el futuro. Desde este punto de vista los ejercicios de prompting con ChatGPT permiten ver a los estudiantes que una herramienta que en principio comete errores cuando se le plantean problemas jurídicos complejos puede ser un poderoso aliado si se le imparten las adecuadas instrucciones.

Recientemente habéis creado vuestro Máster de Formación Permanente en LegalTech & Compliance Officer. ¿Qué valor diferencial aporta vuestro programa, teniendo en cuenta que no toda la formación legaltech está siendo exitosa?

Por el momento, vamos a afrontar su primera edición. Es verdad que existen ya muyos cursos en el mercado, pero nosotros consideramos que tenemos un potencial grande para asentar nuestra propia oferta formativa. Nuestro Máster tiene una vertiente práctica muy potente que nos proporciona la experiencia atesorada por el Lab en los últimos tres años, en los que no nos hemos quedado en un plano teórico, sino que nos hemos dedicado a enseñar a crear. Por otra parte, contamos con un importante elenco de colaboradores del mundo profesional y empresarial, casi el el 70% de nuestros profesores, y eso nos permite mantenernos muy apegados a lo que se está cocinando en el sector del LegalTech.

Ahora tenemos, además, la Cátedra, que está llamada a jugar un papel fundamental en todo esto.

Con estos ingredientes y con un claustro de académicos de primer nivel hemos preparado un buen programa. El master y los otros títulos que se vayan creando son necesarios para vertebrar el propio funcionamiento del Laboratorio.

«Es necesario que nuestros egresados tengan conocimientos en materia de derecho digital y ciertas competencias en el ámbito del legaltech, porque esto va a proporcionarles un mayor abanico de posibilidades a la hora de ingresar en el mercado laboral»

¿Por qué esa especialización en compliance?

Con el Diploma Experto “Compliance Officer” aunamos la formación jurídica necesaria para ejercer esta función, con el entrenamiento para utilizar la tecnología más avanzada en este campo. Es una cuestión de oportunidad.

Vemos que tenéis un partner en esta área como ICloudCompliance, que pone a disposición de los alumnos su herramienta de gestión de riesgos.

Así es. ICloudCompliance es una de las empresas tecnológicas punteras en el sector, es un privilegio contar con ellos. Pone a nuestra disposición su plataforma de gestión de riesgos y a su personal para entrenar a nuestros estudiantes en su uso. Su propio CEO, Christian Crespo, está personalmente vinculado en este empeño.

ICloudCompliance se ha aproximado a nosotros porque detecta en el mercado un déficit de formación de calidad en esta materia. Y por eso hemos creado conjuntamente este Diploma Compliance Officer, integrado en el Máster de Legaltech. ICloud es un caso evidente de éxito de la tecnología aplicada al mundo del Derecho y nosotros tenemos la suerte de poder contar con ella para el máster.

La parte académica está perfectamente cubierta por el profesorado de la casa. Tenemos especialistas de primer nivel nacional que se han ocupado del cumplimiento normativo desde la perspectiva del Derecho penal, del Derecho tributario, de la protección de datos personales o del Derecho mercantil.

«El jurista avezado que conozca las posibilidades que confiere la tecnología va a poder aprovechar mejor las innovaciones que se vaya generando para poder tener una ventaja competitiva en la prestación de sus propios servicios»

Terminemos hablando de programación no code y low code. Vemos que estas aplicaciones tienen mucho protagonismo tanto en el Lab como en el Máster. ¿Qué futuro le ves a las herramientas no-code o low code en las profesiones jurídicas?

Esta tecnología tiene un papel formativo muy importante y no está exenta de utilidad práctica. La programación no-code y low-code permite crear aplicaciones, más sencillas o más complejas, para automatizar rutinas, ordenar flujos de trabajo, generar sistemas expertos con los que dar un asesoramiento rápido, establecer canales de contacto con los clientes, arbitrar cauces para interponer reclamaciones, prestar información, etc. Las aplicaciones prácticas son innumerables. Luego está la inteligencia artificial, que va a permitir avanzar mucho más rápido, pero como he dicho antes, vamos hacia un mercado que va a valorar cada vez más las destrezas digitales. Qué duda cabe de que estos lenguajes las proporcionan. Algunos de los estudiantes que han pasado por el Lab nos indican que su habilidad para preparar estos asistentes les ha abierto puertas y les ha proporcionado vías de mejora en su trabajo. Las empresas empiezan a demandar este perfil profesional.

No es imprescindible saber utilizar estos lenguajes para desenvolverse con soltura en el mundo del legaltech, pero yo diría que ayuda mucho.