Presente y futuro de la relación de los abogados con la inteligencia artificial
El 27 de febrero, Global Legal Tech Hub reunió a varias empresas LegalTech dentro del Mobile World Congress en la ponencia que organizó y que llevó por título “Legaltech: Game Changers”, protagonizada por María de la O Martínez, Head of Innovation en Lefebvre Sarrut; Paloma Luciáñez, Head of Alliances & Legal Expertise en Dilitrust; Patricia Manca Díaz, Partner, responsible for the NewLaw area en PwC; y Carlota Albanell, Founder de Pictolex.
Esta sesión fue conducida finalmente por Alex Romera, COO & Co-Founder en Parallel, que abrió la mesa preguntando:
¿Cuáles son las expectativas de los abogados con la IA?
Empezó contestando Patricia, que considera que las expectativas son “muchas” y “deben moderarse”. Según Patricia, “el abogado debe entender las limitaciones de la IA”. Paloma añade al respecto que «hemos exagerado el impacto de ChatGPT sobre el sector legal», y que los abogados tienen una gran expectativa hacia este modelo de lenguaje, al que “acusan de responder como si fuera un junior. ChatGPT, igual que otras herramientas de IA, tiene su proceso de madurez”. Considera que lo hemos juzgado «largo placistamente» hablando, y que “nos hemos quedado muy cortos”, ya que sus mayores avances vendrán en un futuro.
Respondida esta cuestión, Alex Romera propuso asentar la realidad a la que los abogados deberían atenerse, y preguntó a María de O:
¿Cuáles son las expectativas reales que puede tener un abogado con la inteligencia artificial generativa?
María respondió que, aunque la tecnología nos ayuda a entender mejor las cosas y a agilizar procesos, hay que saber usarla. “Estamos muy al principio y, como mencionaba Patricia, hay que darle importancia a la formación. Ahora hay que estar al día de lo que viene”.
Acaecida la cuestión de la educación sobre la mesa, Álex formuló esta pregunta a Carlota:
¿Cómo educamos al abogado en lo que puede hacer?
Carlota piensa que ChatGPT ha abierto los ojos a muchos abogados que eran reticentes a la tecnología, ya que es fácil de usar, y es útil y atractivo. “Los abogados tenemos que saber más que de leyes de tecnología y de cómo usarla en nuestro favor; si no, no vamos a ser competitivos”.
Dentro de esta línea, Patricia retoma la cuestión de la educación e incide sobre la importancia del prompting para entender mejor el funcionamiento de la IA y obtener mejores resultados.
Hasta este momento en la ponencia se había hablado, sobre todo, la falta de comprensión de los abogados hacia la IA. Pero la relación entre ambos es más compleja que esto. Alex tomó cuenta de esto y preguntó a las ponentes acerca de las limitaciones actuales en el desarrollo de IA y su aplicación a los despachos, otro factor clave para entender la relación entre abogados y herramientas de IA.
Patricia respondió que en PwC tienen diferentes módulos que digitalizan departamentos. “Una de las limitaciones es que muchos clientes vienen con la intención de digitalizar y quieren incluir todos los legaltech que tenemos”. Y a continuación explicó a partir de esta idea que muchas veces se necesita contar con consultoras para hacer una segregación de tareas y saber en qué tareas vamos a usar cada herramienta de IA. Hace falta gestionar las expectativas y no esperar que una herramienta de IA pueda con todo, algo que, añade María, “choca con las expectativas del cliente”.
Carlota agrega otro límite, esta vez centrado en el caso de las start-ups, las cuales, al no contar con un gran volumen de datos, tienen dificultades para entrenar a los modelos de lenguaje.
Las bases de datos no solo suponen un límite para las start-ups, también para empresas grandes como PwC. Patricia explicó que la capacidad de procesamiento de información es un límite para el desarrollo de modelos lenguaje, ya que los abogados usan herramientas de IA, precisamente, para el tratamiento de mucha cantidad de información.
Tras exponer todas estas problemáticas, la siguiente pregunta no podía ser otra: ¿Qué retos aborda la IA en el sector legal?, inquirió Alex.
María pone de ejemplo que ahora las personas van empezar a sortear jergas difíciles propias del mundo jurídico y van a empezar a entender mejor textos muy formales a nivel redaccional, como los contratos.
¿Por qué?
Carlota ejemplificó que en Pictolex, para solucionar el problema de la formalidad del lenguaje técnico, entrenan a los algoritmos para que hagan una simplificación de toda esa jerga que hay en la información jurídica.
La ponencia iba llegando a su fin, y las conclusiones iban asomando a través de las últimas preguntas de Alex:
¿Es la IA accesible?
Carlota afirmó que la IA puede ayudar a democratizar el acceso a soluciones tecnologías y en el caso de su startup, Pictolex, el acceso a información de derecho.
¿Cuáles son los pronósticos para el futuro de la relación de los abogados con la inteligencia artificial?
Paloma piensa que este proceso de interacción va a ser largoplacista, pero espera que en 3 años todas las empresas deberían tener una cultura de cambio de modelo de negocio constante. “Va a cambiar la forma de trabajar, la estructura de los despachos, y va a revalorizarse la tarea de abogado al eliminar tareas repetitivas”.
Para tal misión, María piensa que es imprescindible trabajar todos juntos y, así, dar a las personas lo que necesitan. Carlota, por su lado, piensa que va a haber más competencia dentro del sector jurídico, lo que justo, antes de que empezasen los aplausos, dejó flotando en el stand una pregunta de la que no obtuvimos respuesta: ¿Es posible la cooperación si hay competición?