El principal reto de los profesionales jurídicos en 2025: incorporar la inteligencia artificial generativa en la práctica legal
María Montes, consultora, abogada, formadora y speaker, pone el foco en este artículo en el principal desafío al que se enfrentan hoy en día los profesionales jurídicos: integrar de manera efectiva la inteligencia artificial (IA) generativa en su práctica diaria. Como bien indica nuestra colaboradora, la pregunta no es si los profesionales del Derecho deben adoptar la IA, sino cómo pueden hacerlo de manera responsable, garantizando precisión, seguridad y alineación con los principios éticos y legales.

En el vertiginoso mundo legal del 2025, el principal desafío que enfrentaremos como profesionales jurídicos es integrar de manera efectiva la inteligencia artificial (IA) generativa en nuestra práctica diaria. Este avance, liderado por modelos fundacionales y especializados, tiene el potencial de transformar el ejercicio del Derecho y, para lograrlo, debemos priorizar el desarrollo de nuestras habilidades blandas apoyándonos en la tecnología.
¿Por qué es relevante la IA generativa para el sector legal?
La IA generativa ha revolucionado la forma en que los profesionales jurídicos manejamos las tareas cotidianas, desde la redacción de escritos hasta la investigación legal. Según el informe “The future is now: artificial intelligence and the legal profession” de la International Bar Association (IBA) -Colegio de Abogados Internacional-, «esta tecnología tiene el potencial de optimizar recursos y lograr economías de escala, pero requiere talento y gobernanza estratégica para redefinir la dinámica del mercado».
En este contexto, la pregunta no es si los profesionales del Derecho debemos adoptar la IA, sino cómo podemos hacerlo de manera responsable, garantizando precisión, seguridad y alineación con los principios éticos y legales.
El éxito en la integración de la IA va a depender de nuestras competencias técnicas y de un conjunto robusto de habilidades blandas. Como destaca el Presidente del Observatorio Sector Público e Inteligencia Artificial (OspIA), Gabriele Vestri, en su informe “Soft skills para la transformación digital”, estas habilidades son «imprescindibles para adaptarse y colaborar eficazmente en un entorno en constante cambio». Entre las más relevantes para los profesionales jurídicos se encuentran:
- Flexibilidad y adaptabilidad: nos permiten prosperar en entornos desconocidos y enfrentarnos a cambios tecnológicos sin resistencia. Esto implica aprender nuevas herramientas y enfoques legales que transforman el ejercicio del Derecho.
- Aprendizaje continuo: en un sector tan dinámico, la formación constante es imprescindible. Adoptar el hábito de aprender asegura que podamos mantenernos al día con las innovaciones tecnológicas y sus implicaciones legales.
- Pensamiento crítico y resolución de problemas: estas habilidades son esenciales para evaluar las limitaciones de la IA y garantizar que sus aplicaciones estén alineadas con las necesidades de los clientes y las normativas legales.
(En la imagen, María Montes, autora del artículo)
IA y formación: un cambio necesario
La formación jurídica tradicional debe evolucionar para incluir competencias digitales y tecnológicas. El informe de la IBA resalta que los despachos deben implementar «programas de desarrollo centrados en la alfabetización digital y la ética de la IA para garantizar que los abogados comprendan y utilicen estas herramientas de manera efectiva».
Además, es crucial entender las limitaciones de la IA generativa, como las conocidas «alucinaciones», donde los modelos pueden generar información plausible pero incorrecta. Esto requiere que los profesionales jurídicos actúen como supervisores críticos, verificando y contextualizando las respuestas de la IA.
La inteligencia artificial generativa ofrece un amplio abanico de posibilidades para mejorar la eficiencia y precisión en el ejercicio del Derecho. Según la “Guía de directrices para el uso de ChatGPT e IA generativa de texto en la Justicia” realizada por la Universidad de Buenos Aires (UBA) IALAB y Dyntec-Lab, estos son los usos más relevantes:
- Búsqueda inteligente y eficiente: utilizar las herramientas de IA para localizar rápidamente información relevante en textos legales complejos, como leyes, jurisprudencia y doctrina, ahorrando mucho tiempo en cada consulta.
- Síntesis de textos: desde demandas hasta sentencias, pasando por transcripciones de los actos judiciales, la IA es capaz de resumir documentos judiciales, facilitando una visión clara y directa de los puntos clave para el caso.
- Creación de modelos y plantillas: generar formularios propios adaptados a cada necesidad.
- Análisis y comparación: los sistemas avanzados de las IAs especializadas pueden interpretar contratos, analizar resoluciones judiciales, comparar regímenes jurídicos e identificar elementos importantes que requieren especial atención.
- Enriquecimiento de argumentos: la IA puede combinar datos de diferentes disciplinas, para ofrecer enfoques innovadores en la construcción de argumentos jurídicos.
- Adaptación y claridad en la comunicación: desde mejorar la redacción hasta aplicar lenguaje claro e inclusivo, la IA ayuda a los profesionales jurídicos a comunicarse con mayor precisión y accesibilidad y a adaptar el mensaje al tipo de interlocutor.
- Soporte práctico en tareas administrativas: responder correos electrónicos o traducir documentos puede ser gestionado con facilidad, liberando tiempo para tareas estratégicas.
Para realizar tareas transversales podemos utilizar IAs generativas funcionales -ChatGPT, Copilot, Gemini…-, sin embargo, para las tareas jurídicas la mejor opción es el uso de IAs generativas especializadas ya que cuentan con unas sólidas bases de datos jurídicas y nos van a facilitar resultados fiables y precisos. Se trata de un cambio de paradigma y de verlas como un impulso para transformar la manera en que ejercemos nuestra profesión. ¿Te imaginas lo que podrías lograr incorporando estas capacidades en tu día a día?
Mirando hacia el futuro
La American Bar Association (ABA) -Colegio de Abogados de EEUU-, consciente de los profundos cambios que la IA generativa traerá, emitió su primera opinión en julio de 2024, en la “Formal Opinion 512” proporcionando un marco esencial para el uso ético de la IA generativa en la abogacía. Enfatiza la importancia de la competencia tecnológica como una extensión de la pericia jurídica tradicional. La ABA recalca que los abogados deben comprender las herramientas tecnológicas disponibles, participar en programas de formación continua y colaborar con expertos tecnológicos cuando sea necesario.
La confidencialidad es otro pilar fundamental. Según la ABA, «los abogados deben garantizar que cualquier información proporcionada a herramientas de IA generativa esté protegida contra accesos no autorizados», implementando medidas de seguridad robustas y seleccionando proveedores que cumplan con altos estándares de privacidad.
Asimismo, en palabras de la presidenta de la IBA, Almudena Arpón de Mendívil, «la integración de la IA no reemplazará a los abogados, pero cambiará nuestra forma de trabajar, requiriendo una mentalidad innovadora y adaptable». Este cambio cultural será tan importante como las transformaciones tecnológicas.
El reto de integrar la IA generativa en el ámbito legal es tecnológico y, sobre todo, humano. Implica redefinir nuestra manera de aprender, colaborar y liderar. Como profesionales del derecho, debemos ser pioneros en esta transición, combinando nuestras habilidades tradicionales con nuevas competencias que aseguren que la tecnología potencie nuestra práctica, sin comprometer nuestros valores fundamentales y aportando el máximo valor a nuestros compañeros y clientes.
En 2025, más que nunca, nuestro éxito dependerá de nuestra capacidad para adaptarnos al cambio y liderar con propósito. La IA generativa no es el futuro; es el presente, y está en nuestras manos decidir cómo aplicarla en nuestra profesión.