Análisis de las nuevas IAs en el sector legal, un febrero de 2025
Todo un lujazo para Derecho Práctico publicar el primer artículo en nuestro medio de Álex Dantart. CIO y Cofundador de la legaltech Little John, este experto en IA, además de ser un gran impulsor de soluciones que apuestan por la humanización de la tecnología, es mentor, speaker, inversor… y muchas cosas que no nos caben en este espacio. Mejor visita su perfil Linkedin y no dejes de seguir sus post, porque no te dejarán indiferente.

El sector legal se enfrenta al potencial tsunami de las nuevas IAs como DeepSeek, Alia y proyectos europeos como OpenEuroLLM.
Y, a la vez, el panorama legaltech se recalibra con cada nuevo modelo, y no siempre para bien.
Lo que está claro es que tanto abogados como procuradores tienen ahora herramientas que, bien usadas, pueden ser un gran aliado estratégico.
Pero hay que tener en cuenta que no todo lo que brilla es oro. Aquí va una dosis de realismo.
DeepSeek promete razonamiento en las respuestas; “Aquí está la lógica detrás de cada respuesta” y no es poca cosa, porque hasta ahora sólo OpenAI con su modelo o1 había tocado esa tecla, pero sin hacerlo accesible.
Y, para los abogados, que viven y mueren por la solidez de sus argumentos, esto es revolucionario… pero ojo, siempre y cuando el corpus legal que usen esté bien configurado. Porque, sin datos precisos y locales, DeepSeek no es más que otra IA generalista adornada.
El problema radica en su origen chino, un detalle que no podemos ignorar. Y es que hay cuestiones de privacidad y censura documentadas. ¿Es recomendable? Sólo si tienes el control absoluto de dónde se alojan los datos y verificas cada respuesta como si tu vida dependiera de ello (porque puede que dependa).
Por otro lado está Alia, que, sin tener nada que ver con DeepSeek ni en forma ni en fondo, tiene un enfoque específico en el idioma español, lo que ya es un gran avance.
El hecho de no tener que depender de modelos entrenados principalmente en inglés (que se hacen llamar multilenguaje, pero pocos lo son y a bajo nivel) es vital para países de habla hispana.
Sin embargo, por muy prometedor que suene, sigue siendo un modelo técnico que necesita ser “tuneado” (adaptado) para entender el lenguaje legal. Es decir, no esperes que entienda perfectamente un concepto como “responsabilidad civil extracontractual” a la primera.
Y aquí es donde entra en juego la importancia de trabajar con soluciones verticales.
No te pongas a descargar modelos e intentar ajustarlos tú mismo a menos que quieras dedicar más tiempo a ser ingeniero de IA que abogado. Porque esto no va de convertirse en un “ingeniero” (al menos no por obligación), sino de trabajar con herramientas que, de forma sencilla y ágil, te den resultados confiables sin tener que aprender cada paso técnico.
Los profesionales del sector legal, y no me refiero a los técnicos, no necesitan usar modelos de IA “en crudo” sacados de cualquier web o usados directamente en una web oficial, sino soluciones que ya entiendan el lenguaje jurídico.
Las herramientas deben estar adaptadas a las necesidades y a los retos reales de su día a día, no a la teoría.
Por último está el Proyecto OpenEuroLLM, del cual también toca hablar porque afecta al sector legal, y pinta bastante bien: 20 instituciones europeas uniendo fuerzas para crear modelos abiertos. Pero el problema de Europa es siempre el mismo: regulación y burocracia que ralentizan la innovación. Mientras, Estados Unidos avanza con la velocidad del sector privado y China lo hace con el músculo estatal, la UE va dando pequeños pasos con mucho miedo.
Y yo me pregunto, ¿es esto lo que necesitamos en el sector legal, donde la agilidad y precisión son esenciales? Si OpenEuroLLM consigue crear modelos legales específicos para jurisdicciones europeas, con transparencia en el proceso de razonamiento, podríamos tener una herramienta robusta y ajustada a las exigencias normativas de la UE. Pero no nos engañemos, aún le queda recorrido y mucho. Apostaría a que en menos de cinco años no hay nada palpable para el sector.
Pero por encima de todos los modelos que van y vienen cada día, lo más importante y lo que siempre hay que tener presente es que, en el entorno legal, la IA debe respetar siempre la revisión y decisión humanas.
Las herramientas no pueden ni deben sustituir a los abogados, sino proporcionarles información procesada y razonada que les permita tomar decisiones de forma fundamentada. Sin esto, corremos el riesgo de delegar funciones críticas en sistemas que no comprenden del todo el contexto.
La transparencia es vital. La fundamentación clave. Y, el razonamiento, la guinda del pastel, especialmente en entornos generativos y consultivos.
En conclusión, no podemos dejarnos llevar por el brillo de la tecnología sin entender sus limitaciones y sin establecer controles claros. Sobre todo porque en menos de un mes llegarán nuevos «DeepSeeks», «ChatGPTs» o «ponga usted aquí el nombre que quiera».
El potencial está ahí, pero hay que saber domarlo.
Por nosotros que no sea.