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Comunicación jurídica: lo que podemos aprender del mundo del entretenimiento

El autor del post  Elena Rubio Elena Rubio
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El pasado jueves 13 de marzo, la Asociación DENAE celebró un foro en el Consejo General de la Abogacía Española, moderado por Paula Ortiz, co-fundadora y CEO de The Legal School, y que contó con la participación de Laura Fauqueur, especialista en Design Thinking y fundadora de Legal Shake; José Manuel Tourné Alegre, abogado y profesor de oratoria y storytelling; Bárbara Castellanos, adjunta a la producción Grupo Boomerang TV; Alejandro Sánchez del Campo Redonet, abogado experto en tecnología e innovación.

El pasado jueves 13 de marzo, la Asociación DENAE celebró un foro en el Consejo General de la Abogacía Española, moderado por Paula Ortiz, co-fundadora y CEO de The Legal School, y que contó con la participación de Laura Fauqueur, especialista en Design Thinking y fundadora de Legal Shake; José Manuel Tourné Alegre, abogado y profesor de oratoria y storytelling; Bárbara Castellanos, adjunta a la producción Grupo Boomerang TV; Alejandro Sánchez del Campo Redonet, abogado experto en tecnología e innovación.

“Los tecnicismos no hacen los argumentos más fuertes, sino más difíciles de entender”. Las primeras reflexiones que surgieron en el foro se produjeron tras esta afirmación rotunda que realizó Paula Ortiz. Una premisa estaba clara sobre la mesa: los manuscritos jurídicos están caducos, ya no es preciso alargar los textos y aumentar su complejidad de forma innecesaria.

La comunicación jurídica se basa entonces en varios pilares, que serán la base de la construcción de un puente que repare la brecha técnica entre abogados y profesionales del sector jurídico y el resto de la sociedad en general, como la otra parte de la relación comunicativa. Alejandro Sánchez del Campo afirmaba así que el mundo del derecho tiende a olvidarse del destinatario del mensaje, parte fundamental de un proceso comunicativo y sin la cual este proceso de comunicación resulta infructuoso.

Bárbara Castellanos proporcionó las cuatro ideas esenciales para un buen desarrollo de la comunicación, especialmente en el sector del entretenimiento, que son las siguientes:

  • tener una buena historia que poder contar
  • determinar el target o público objetivo de dicha historia
  • conocer los medios por los que el público hace uso de ello
  • y “estar al loro” de las tendencias del sector a fin de saber qué triunfa y en qué medida lo hace entre el público.

La noción de determinar quién es el público objetivo del sector jurídico es clave para poder preparar una buena comunicación. Tal y como declaraba Laura Fauqueur, tomar conciencia de que existe y de quién es este público objetivo determinará de forma sustancial la forma en la que ese público o destinatario asumirá el contenido del mensaje. José Manuel Tourné Alegre recalcaba entonces la labor de los publicistas, como un modelo que podrían seguir los abogados: resumir historias en una sola oración.

Se trató el uso de la Inteligencia Artificial como un apoyo fundamental y los ponentes estuvieron de acuerdo de forma unánime en que la IA debe ir acompañada de un juicio ético, cuya utilización puede facilitar la comprensión de los términos jurídicos y, en último plano, afianzar ese proceso comunicativo entre profesional y público.

La creatividad, la investigación y el compromiso en proveer una buena comunicación fueron los puntos focales del foro. Bien es cierto que no se perdió de vista en ningún momento el rigor que caracteriza al sector jurídico: “Debemos mantener la calidad, pero hay que ir al grano”. Se trata de hacer un cambio de enfoque, en el que la simplicidad es la mejor aliada.

Finalmente, las intervenciones del público fueron excepcionales y trataron la necesidad de cambiar el lenguaje y de cómo tender puentes entre lo jurídico y el entretenimiento puede ser una forma realmente efectiva para mejorar la comunicación en el sector.

Las conclusiones del foro fueron rotundas y vinieron a resumir lo tratado durante el debate y los requisitos que se precisan para conseguir este nuevo enfoque: la clara determinación del destinatario al que nos dirigimos, el entendimiento de la otra parte en el proceso comunicativo, la creatividad y la empatía hacia el otro y entender este proceso como contar una historia.