Analizamos cómo ha integrado la legaltech Atlante a Proinvest
Hace unas semanas Atlante anunciaba la integración de Proinvest para convertirse en referente de servicios judiciales en el sector de la recuperación de deuda, incrementando notablemente su capital humano en toda la península hasta alcanzar más de 200 empleados. Para analizar esta relevante quisimos hablar con las dos partes: por un lado, con los CEO’s de Proinvest, José Manuel Mateos (que lidera su pilar de back office y documental) y José Mª Torres (el músculo jurídico de esta compañía); y por otro, con Daniel Jaume, Business Development Manager en Atlante.
Atlante y ProInvest sois muy parecidos, pero no sois iguales. ¿Qué elementos os aportáis recíprocamente en esta operación que os convierte en un actor referencial en la industria de la recuperación judicial?
Daniel Jaume.- Destacaría de esta fusión la absoluta complementariedad de las dos compañías por las capacidades que tienen, y lo veo como una oportunidad. Al final Proinvest viene a fortalecer con sus líneas de negocio, vienen a sumar toda la parte de gestión documental y el know how de sus equipos de gestión judicial, y además también aportan la parte de la gestión extrajudicial donde tienen larga experiencia. En el tema de procura tenemos cartera de clientes muy complementaria, lo que nos permite liderar el sector en este ámbito. Atlante provee a esta unión determinadas capacidades y desarrollos vinculados a la indexación automática a través de Lyra y a los servicios alrededor de este software como el back office legal, el data scrabbing para la lectura de portfolios, o desarrollos ad hoc para cubrir determinadas necesidades como el robot de lectura de cuentas de consignación. Al final vamos a crear una compañía muy fuerte porque nos permite cubrir todo el ciclo de necesidades, ya sea en reclamación de cantidades o en gestión hipotecaria e inmobiliaria.
José Mª Torres.- Del conjunto de los servicios relacionados con la recuperación judicial de activos, tanto inmobiliarios como económicos, con la unión de estas dos compañías prácticamente está cubiertos todos los aspectos de este tipo de gestión. Por un lado, las reclamaciones extrajudiciales, la reclamación judicial por otro y la gestión documental en el sentido de las inscripciones registrales, de los activos que puedan adquirir los fondos, de las inscripciones de las adjudicaciones que puedan existir tras un procedimiento de ejecución hipotecaria o de títulos que lleve a una adquisición del inmueble.
José Manuel Mateos.- O de los documentos de anotación preventiva, ya sea de embargos, certificados de cargas, prórrogas, actualización de plusvalías, etc.
«Atlante provee a esta unión servicios alrededor del software Lyra como el back office legal, el data scrabbing para la lectura de portfolios, o desarrollos ad hoc para cubrir determinadas necesidades como el robot de lectura de cuentas de consignación»
Por lo que vemos, no se trata de una operación cuyo objetivo único es incrementar la cartera de clientes sino de sobre todo ofrecer el mayor abanico posible de servicios, a rebufo de esa complementariedad que mencionáis.
José Mª Torres.- Ese es uno de los puntos más interesantes de la operación. Es decir, la capacidad de comercializar servicios se amplía enormemente.
Daniel Jaume.- Sin duda. Desde el punto de vista del desarrollo de negocio, más que el crecimiento de la cartera de clientes, veo una oportunidad fantástica para dos compañías que son bastante maduras en el sector y que tienen muy buenos clientes: ahora podremos ampliar el abanico de servicios que podemos ofrecer.
José Manuel, la industria de la recuperación judicial tiene un alto impacto económico pero lo que encontramos más relevante es el alto volumen de documentación de datos que gestiona, y el tipo de tareas repetitivas, recurrentes, que se llevan a cabo. Un escenario ideal para el impacto de la tecnología en este nicho.
José Manuel Mateos.- La tecnología es muy importante, pero hay que tener en cuenta que estos documentos son susceptibles de una serie de plazos. Quiero decir que si la tecnología no controla cuándo caduca una anotación preventiva de embargo las consecuencias pueden ser muy graves.
Pero la tecnología ofrece funcionalidades muy enfocadas a identificar esas fechas de vencimiento tan importantes, y de hecho, en esta línea, está muy en boga en la industria legaltech la gestión del ciclo de vida de los contratos, donde el control de esos plazos se antoja como uno de los grandes retos.
José Mª Torres.- Así es. Desde el punto de vista de la dirección letrada, una de las cosas en las que insistimos mucho a los abogados jóvenes es que uno puede ser técnicamente muy bueno, pero si se le pasa un plazo no sirve de nada el maravilloso escrito que se haya podido redactar. Aquí desembocan dos cosas, la parte técnica y la parte administrativa y de back office, y ambas son fundamentales.
Daniel, ¿qué impacto tiene Lyra, vuestro software que, entre otras cosas, gestiona miles de notificaciones mediante machine learning e IA? Especialmente, en el tema de los plazos, vencimientos e indexación.
Daniel Jaume.- Hay una parte en la que el profesional aporta un valor jurídico, y luego otra que es susceptible de ser automatizada. Esta última nos permite asumir más volúmenes y carteras de gestión mayores y escalables, pero también nos posibilita ser más eficaces. Por ejemplo, en las anotaciones de embargo clasificamos e indexamos las correspondientes notificaciones automáticamente para nuestros clientes. De este modo, les tenemos informados y ayudamos a su abogado para que no se les pase un solo plazo y mantener el impulso procesal. De este modo, garantizamos a nuestro cliente que si gestionamos nosotros las notificaciones y otra documentación a través de nuestro servicio de back office legal van a tener una tasa de error muy baja, inferior al 1%, y sin que ellos tengan que emplear recursos internos. Se trata de que el cliente no tenga un perjuicio económico ante el riesgo de no atender notificaciones y plazos.
«Un abogado puede ser técnicamente muy bueno, pero si se le pasa un plazo no sirve de nada el maravilloso escrito que se haya podido redactar»
Lyra cubre todas las necesidades a nivel tecnológico de Atlante, y entendemos que hará lo propio, al menos en el espacio judicial, con las necesidades de ProInvest. Pero a nivel extrajudicial una estrategia con tecnología CRM es fundamental.
José Mª Torres.- Es básico utilizar un CRM que te permita gestionar enlazando con un marcador telefónico y que te permita controlar los posibles acuerdos a los que se lleguen con ciertos deudores. Como el control por parte de los clientes es absoluto, se marcan unas KPI’s que se deben seguir al pie de la letra, porque las entidades pueden correr un riesgo reputacional por las prácticas de empresas que se dedican a la gestión de recobro y que pueden ser de dudosa moralidad. No es nuestra manera de proceder, nosotros seguimos la filosofía que la entidad para la que trabajamos. Por eso, esos clientes te pueden indicar ‘no se puede llamar a partir o antes de ciertas horas’, por poner un ejemplo. En definitiva, una serie de requisitos que se tienen que controlar con un sistema como un CRM.
Hemos creado en Derecho Práctico el espacio Procuratech para divulgar cómo se está transformando este colectivo profesional. En esta sección la Procura muchas veces se ha postulado par ayudar en el proceso de ejecución adquiriendo más protagonismo, más funciones.
José Mª Torres.- Si a lo que te refieres es a una cierta ayuda a la Administración de Justicia por parte del procurador, lo veo muy complicado, porque estamos hablando de la gestión masiva de expedientes.
Daniel Jaume.- En la relación de la Procura con la Administración de Justicia, lo que pedimos en nuestra particular a los Reyes Magos es que Justicia lleve a cabo esos desarrollos tecnológicos que anuncia en la Agenda 2030 para modernizar ciertos procesos y homogeneizar las diferentes plataformas. En las reuniones que desde Atlante mantenemos con los responsables del Ministerio se está hablando que entidades del sector privado colaboren con la administración pública para encontrar ideas, y nosotros hemos identificado muchas que mejorarían la eficacia. Hay mucho trabajo que hacer, y parece que Justicia tiene la mejor de las intenciones para avanzar, pero luego habrá que ver qué continuidad tiene y si toda nuestra colaboración va a tener algún efecto.
De hecho, la jueza Elena de Oro compartía sus impresiones sobre Plan Justicia 2030 en un webinar (no te pierdas el vídeo que adjuntamos) que organizamos con Atlante y veía en él buenas ideas y buena voluntad.
Daniel Jaume.- Vemos positivo el hecho de que tiene voluntad de escuchar al ámbito privado y algunas medidas que se han propuesto en torno a la digitalización, pero para ser optimistas necesitamos ver que esto tiene recorrido. Tiene que haber voluntad política para continuar cumpliendo los objetivos que se han marcado para acabar con problemas tan graves como el atasco en los juzgados, de ineficiencia, incluso la falta de cultura para aprovechas las herramientas tecnológicas que ya existen en determinadas plazas.
José Manuel Mateos.- Existen dos velocidades en Justicia, y no es porque en algunas plazas no tengan medios. Un ejemplo lo tenemos en la pandemia. Durante la misma, se hicieron muchas vistas telemáticas, que era una posibilidad prevista antes del COVID. Una vez pasada la pandemia, nos encontramos que muchos juzgados vuelven a decir que no señalan telemático y que sea presencial un simple juicio para una reclamación judicial sin más complicaciones, por ejemplo.
Daniel, hablabas antes de cultura digital en los profesionales de la Administración de Justicia. Ya podemos contratar la mejor tecnología que si las personas no están concienciadas de lo que les pueden aportar estas herramientas, no hay nada que hacer…
Daniel Jaume.- Al final, la Administración de Justicia es como cualquier organización. Y como tal tienen que conducir un proceso de transformación desde el punto de vista de gestión del cambio. Y cuando quieras hacer una transformación importante que afecta a la forma de trabajar en una organización, la gestión del cambio empieza en las personas, a las que hay que escuchar y hacer partícipes del proceso. Da la impresión que en la normativa del Plan Justicia 2030 se están saltando ese paso, y si no abrazan el cambio los profesionales de Justicia, va a ser muy complicado todo.
¿Cómo veis vuestro ‘matrimonio’ de aquí a unos años? ¿Qué impacto puede tener vuestra operación en la industria de la recuperación judicial? ¿Y qué valor añadido vais a aportar frente a la competencia hacia vuestros clientes?
José Mª Torres.- Este es un sector donde se están produciendo muchos cambios, incluyendo otras integraciones, y en el que existen diversas formas de actuar. Lo cierto es que entendemos que cuanto más grande seas y mayor abanico de servicios prestes a tus clientes, más nicho de mercado acabarás teniendo. Aquí es crucial el aspecto tecnológico, y convertirte en una legaltech será el hito principal sobre el cual girarán las relaciones entre cliente y proveedor.
José Manuel Mateos.- Por otro lado, ambas empresas hemos tenido un crecimiento ordenado, y al unirnos, al igual que en la Administración de Justicia, las personas son lo primero, son las que impulsan un proceso de este tipo.
Daniel Jaume.- Del futuro solo podemos esperar cosas buenas, ya que hemos constituido un player muy sólido. Entre las dos compañías tenemos una cartera de gestión muy potente, hemos crecido de forma sostenible y responsable, ofrecemos un abanico de servicios integral y financieramente somos entidades muy sólidas e independientes. De cara al futuro, debemos seguir aplicando las buenas prácticas que nos han llevado hasta aquí y seguir creciendo sobre los pilares de la tecnología, los profesionales y la eficiencia de los procesos.
«Convertirte en una legaltech es el hito principal sobre el cual girarán las relaciones entre cliente y proveedor»
¿Vuestros clientes son conscientes y valoran vuestra apuesta por la tecnología? En otras palabras, ¿Legaltech ayuda a captar y fidelizar clientes?
José Mª Torres.- La respuesta es, absolutamente, sí. La mayoría de nuestros clientes aprecian nuestra capacidad de gestionar temas de forma masiva con muy pocas incidencias, y son conscientes de que sólo se pueden conseguir estos resultados con inversión tecnológica.
Daniel Jaume.- Totalmente. Nuestros clientes, acostumbrados a trabajar con servicers de otra manera, buscan en nosotros un socio con más inserción tecnológica y capacidad para gestionar volúmenes manteniendo los más altos niveles de eficacia. Para nuestros clientes esa implementación tecnológica en los procesos es clave, sin duda.